Cruzar las altas cumbres cordobesas en dos días es una experiencia única que involucra todos los cuerpos.
El físico, el mental y el emocional y los cuerpos más sutiles convirtiendo un trekking de alta dificultad en una oportunidad inigualable para trascender miedos, ejercitar la voluntad y por sobre todas las cosas regalarse espacios de máxima soledad y silencios inimaginados.